
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible y los Exámenes Nacionales Voluntarios desde la perspectiva de la protección de la infancia
- 08 February 2023
- Representante Especial sobre la Violencia contra los Niños
Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) afectan la vida de la infancia. Esto significa que hacer realidad sus derechos, incluido su derecho a la protección contra la violencia, requiere un enfoque holístico e integrado del desarrollo. Más de la mitad de la infancia mundial sufre algún tipo de violencia cada año. El impacto socioeconómico de la pandemia de COVID-19, sumado a las complejas crisis humanitarias en curso, ha agravado aún más esta terrible situación.
Más niños que nunca se enfrentan a la pobreza extrema, la discriminación y la exclusión social. Casi mil millones de niños vivían en la pobreza antes de la pandemia, una cifra que ahora es un 10 % mayor.<sup>1</sup> La pobreza aumenta la vulnerabilidad de la infancia a la violencia en todas sus formas, como el trabajo infantil, la violencia sexual, el matrimonio infantil, la trata y el reclutamiento en bandas criminales y grupos armados. Además, más niños que nunca se han visto obligados a desplazarse, huyendo de los conflictos, la violencia, el cambio climático y los desastres naturales, así como de la inseguridad alimentaria. Casi 37 millones de niños fueron desplazados dentro o fuera de sus países en 2021, la cifra más alta desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
Con demasiada frecuencia, los niños víctimas de violencia carecen de acceso a servicios esenciales como protección social, salud y apoyo psicosocial, educación, protección infantil y justicia. Los desafíos que presenta la violencia contra la infancia afectan a todo el mundo. Ningún país está exento, y ningún niño es inmune. Necesitamos cambiar el paradigma del desarrollo hacia un enfoque integrado que tenga en cuenta la infancia y el género, y que reconozca las interrelaciones entre los ODS y los derechos de la infancia consagrados en la Convención sobre los Derechos del Niño.
La prevención de la violencia tiene sentido económico. Una mayor inversión en sistemas y servicios intersectoriales de prevención y protección contra la violencia que tengan en cuenta la infancia y el género, y que abarquen la protección infantil, el registro/documentación de nacimientos, la educación, la salud, la justicia y la protección social, generará enormes beneficios económicos. Invertir en la infancia también significa involucrarla como parte de la solución. Sus voces deben ser escuchadas y tomadas en cuenta; sus iniciativas, compartidas y apoyadas.
Desde 2020, he colaborado con los Estados Miembros durante sus preparativos para los Informes Nacionales Voluntarios (INV), con el objetivo de integrar la protección de la infancia y sus derechos, como recomiendan el Llamado a la Acción por los Derechos Humanos3 y Nuestra Agenda Común4. Felicito encarecidamente a los Estados Miembros que han incluido los derechos de la infancia y la prevención de la violencia en sus procesos de implementación y seguimiento de los ODS, como los INV, y animo a otros a seguir el mismo camino. Tenemos menos de siete años para cumplir las promesas hechas a la infancia en la Agenda 2030 y el tiempo se agota. Debemos invertir más en la infancia, y con rapidez, como generaciones presentes y futuras.