Los organismos advierten de que los países no han logrado prevenir la violencia contra la infancia: en el Informe sobre la Situación Mundial de la Prevención de la Violencia contra los Niños se exhorta a los Gobiernos a tomar más medidas
New York, 18 junio 2020 - La mitad de los niños y las niñas del mundo, es decir aproximadamente 1.000 millones de niños y niñas, se ven sujetos cada año a violencia física, sexual o psicológica, y sufren traumatismos, discapacidad y muerte, porque los países no han aplicado las estrategias establecidas para su protección.
Esto es lo que se desprende de un nuevo informe que publican hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS), el UNICEF, la UNESCO, la Oficina de la Representante Especial del Secretario General sobre la Violencia contra los Niños y la Alianza Mundial para Acabar con la Violencia contra los Niños.
“La violencia contra la infancia nunca tiene justificación”, comentó el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. “Contamos con herramientas de base científica para prevenirla, y exhortamos a todos los países a aplicarlas. Proteger la salud y el bienestar de la infancia es crucial para proteger nuestra salud y bienestar colectivos, ahora y para el futuro”.
El Informe sobre la Situación Mundial de la Prevención de la Violencia contra los Niños 2020 – es el primero de su especie, al trazar los progresos de 155 países en la aplicación del marco “INSPIRE”, un conjunto de siete estrategias para prevenir y abordar la violencia contra los niños y las niñas. En el informe se señala claramente la necesidad de que todos los países hagan más esfuerzos por aplicar las estrategias. Si bien casi todos los países (88 %) cuentan con legislación para proteger a los niños y las niñas contra la violencia, menos de la mitad (47 %) indicaron que se aplicara contundentemente.
El informe incluye las primeras estimaciones mundiales de homicidios específicamente contra menores de 18 años, ya que las estimaciones anteriores se basaban en datos que incluían a jóvenes de 18 y 19 años. Los datos revelan que, en 2017, unos 40.000 niños y niñas fueron víctimas de homicidio.
“La violencia contra los niños siempre ha estado presente, y ahora la situación podría empeorar mucho”, señaló la Directora Ejecutiva del UNICEF, Henrietta Fore. “El confinamiento, los cierres de escuelas y las restricciones a la circulación han dejado a demasiados niños a merced de quienes les maltratan, sin el espacio seguro que la escuela ofrecería normalmente. Es urgente intensificar los esfuerzos para proteger a los niños en estos momentos y también posteriormente, en particular estableciendo que los trabajadores de los servicios sociales son esenciales y reforzando las líneas telefónicas de ayuda a la infancia”.
La respuesta a la COVID-19 y sus efectos en la infancia
“Durante la pandemia de COVID-19, y los cierres de escuelas conexos, hemos constatado un aumento de la violencia y el odio en línea, y ello incluye el acoso. Ahora que las escuelas empiezan a reabrir, los niños hablan de su miedo de volver”, señaló Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO. “Es responsabilidad de todos velar por que las escuelas sean entornos seguros para todos los niños. Debemos pensar y actuar colectivamente para acabar con la violencia en la escuela y en las sociedades en general”.
Las medidas para que la población se quede en casa, como los cierres de escuelas, han reducido los apoyos habituales de las familias y las personas, como los amigos, la familia extensa o los profesionales. Ello erosiona aún más la capacidad de las víctimas para hacer frente con eficacia a las crisis y las nuevas rutinas de la vida cotidiana. Se han observado incrementos pronunciados en el número de llamadas a las líneas telefónicas de ayuda contra el maltrato infantil y la violencia de pareja.
Y si bien los recursos virtuales han sido cruciales para que muchos niños y niñas puedan seguir aprendiendo, recibiendo apoyo y jugando, se ha detectado un aumento de los comportamientos dañinos en línea, como el ciberacoso, las conductas de riesgo y la explotación sexual.
“Cuando el informe estaba finalizándose, las medidas de confinamiento y la interrupción de la prestación de servicios de protección de la infancia, ya de por sí limitados, exacerbaron la vulnerabilidad de los niños ante diversas formas de violencia” señaló la Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas sobre la Violencia contra los Niños, Najat Maalla M’jid. “Para responder a esta crisis es crucial contar con un marco unificado y multisectorial sobre los derechos del niño, lo que requiere una movilización decidida de Gobiernos, donantes bilaterales y multilaterales, la sociedad civil, el sector privado y los niños, cuyas opiniones deben ser escuchadas y verdaderamente tenidas en cuenta para garantizar que estén debidamente protegidos y que todos tengan la posibilidad de desarrollarse y alcanzar su potencial máximo”.
Nota para los redactores:
Los datos del informe se recopilaron en una encuesta que se llevó a cabo entre 2018 y 2019 a la que respondieron más de 1.000 instancias decisorias de 155 países. En las estrategias INSPIRE, presentadas en 2016, se hace un llamamiento a aplicar y cumplir la legislación; cambiar las normas y valores para que la violencia sea inaceptable; crear entornos físicos seguros para los niños y las niñas; ofrecer apoyo a padres y cuidadores; fortalecer los ingresos y la seguridad económica y la estabilidad; mejorar la respuesta y los servicios de apoyo a las víctimas; y ofrecer a los niños y las niñas educación y aptitudes para la vida.