Objetivo 14: Conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible
Progreso hacia el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14
Más de 3.000 millones de personas dependen de los océanos para su subsistencia, y más del 80 % del volumen del comercio mundial de mercancías se transporta por mar. Los océanos, los mares y los recursos marinos están en constante peligro de contaminación, calentamiento y acidificación, fenómenos que perturban los ecosistemas marinos y las comunidades que estos sustentan. Esos cambios tienen repercusiones a largo plazo que exigen que el mundo aumente urgentemente la protección de los entornos marinos, la inversión en ciencias oceánicas, el apoyo a las pequeñas comunidades pesqueras y la gestión sostenible de los océanos.
Aunque los esfuerzos por reducir el aporte de nutrientes en las zonas costeras están teniendo éxito en algunas regiones, las floraciones de algas indican que la eutrofización de las aguas costeras sigue siendo un problema. A nivel mundial, los valores anómalos de clorofila a (el pigmento responsable de la fotosíntesis en todas las plantas y algas) en las zonas económicas exclusivas nacionales disminuyeron un 20 % entre 2018 y 2020.
La acidificación de los océanos es causada por la absorción de dióxido de carbono de la atmósfera, que provoca una disminución del pH del agua y amenaza a los organismos marinos y los servicios oceánicos. En un número limitado de lugares de observación a largo plazo en mar abierto se ha registrado un descenso continuo del pH en los últimos 20 a 30 años.
La superficie protegida de zonas marinas clave para la biodiversidad aumentó en todo el mundo del 28 % en 2000 al 44 % en 2020. Sin embargo, este progreso comprende una considerable variación geográfica, pues en Oceanía (excluidas Australia y Nueva Zelandia), la cobertura sigue siendo inferior a una cuarta parte de las zonas clave para la biodiversidad.
Con mejores reglamentos, además de un control y una vigilancia eficaces, se ha conseguido restablecer las poblaciones de peces sobreexplotadas a niveles biológicamente sostenibles. Sin embargo, el proceso de adopción de esas medidas ha sido en general lento, sobre todo en muchos países en desarrollo. En 13 países y territorios que cuentan con sistemas de evaluación y gestión en funcionamiento, la proporción de poblaciones de peces cuyos niveles son biológicamente sostenibles es superior a la media mundial del 65,8 %, según los datos recogidos en 2019. 151. Entre 2018 y 2020, como promedio, el grado de aplicación de los instrumentos internacionales cuyo objetivo es combatir la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada mejoró en todo el mundo, y la puntuación que mide la aplicación mundial de los cinco instrumentos principales aumentó de 3 a 4 sobre 5. En 2020, casi el 75 % de los Estados obtuvo una puntuación alta en su grado de aplicación, frente al 70 % de los Estados en 2018.