Objetivo 6: Garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos

Progreso hacia el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6

 

Miles de millones de personas en todo el mundo siguen careciendo de servicios de agua potable, saneamiento e higiene gestionados de forma segura, que son fundamentales para proteger la salud humana y contener la propagación del virus de la COVID-19. En el último siglo, el consumo de agua en el mundo ha aumentado más del doble que la tasa de crecimiento de la población. Además de sufrir estrés hídrico, los países y territorios se enfrentan a desafíos cada vez mayores causados por la contaminación de las aguas, la degradación de los ecosistemas relacionados con el agua, la escasez de agua provocada por el cambio climático y la falta de cooperación en materia de aguas transfronterizas. El mundo no va camino de alcanzar el Objetivo 6. Es necesario acelerar drásticamente el ritmo de progreso actual y la aplicación de enfoques integrados y holísticos de la gestión del agua.

Entre 2000 y 2020, la población mundial que utilizaba servicios de abastecimiento de agua potable y de saneamiento gestionados de forma segura aumentó en 2.000 y 2.400 millones, respectivamente. No obstante los avances logrados, 2.000 millones de personas no tenían acceso a un abastecimiento de agua potable gestionado de forma segura, 3.600 millones no utilizaban servicios de saneamiento gestionados de forma segura, y 2.300 millones carecían de servicios básicos de higiene en 2020. En todo el mundo, una de cada tres personas seguía sin tener acceso a instalaciones básicas para lavarse las manos con agua y jabón en el hogar, por lo que eran especialmente vulnerables al virus de la COVID-19. 75. En los 42 países y territorios que informaron sobre la generación y el tratamiento de aguas residuales en 2015, el 32 % de los flujos de aguas residuales recibía algún tipo de tratamiento. Se estima que el 56 % de las aguas residuales generadas por los hogares en 2020 se trató de forma segura, según datos de 128 países y territorios. 

Una evaluación de los ríos, lagos y acuíferos de 89 países y territorios realizada en 2020 indica que la calidad del agua es buena en el 72 % de las masas de agua evaluadas. La protección es más fácil que la restauración, por lo que hay que iniciar ya los esfuerzos para proteger estas masas de agua de la contaminación.  77. Mejorar la eficiencia en la utilización del agua es una medida fundamental que puede contribuir a reducir el estrés hídrico en un país. La eficiencia general pasó de 17,30 dólares por m3 en 2015 a 19 dólares por m3 en 2018, lo que supuso un aumento del 10 %. En todos los sectores económicos ha aumentado la eficiencia del uso del agua desde 2015, y los incrementos son del 15 % en el sector industrial, del 8 % en el sector agrícola y del 8 % en el sector de servicios. 

En 2018, el estrés hídrico mundial se estimó en un 18,4 %, frente al 18,2 % registrado en 2015. Regiones como Asia Occidental y Meridional y Norte de África presentan niveles muy elevados de estrés hídrico, de más del 70 %, mientras que en Asia Sudoriental, América Latina y el Caribe y África Subsahariana los niveles de estrés hídrico aumentaron de 2017 a 2018. 

En 2020, 129 países y territorios no estaban en vías de cumplir la meta de aplicar la gestión integrada de los recursos hídricos a más tardar en 2030, que incluía la financiación y los mecanismos de coordinación intersectorial, la gestión de las cuencas y el seguimiento. El ritmo de implementación debe duplicarse en todo el mundo. En muchos países y territorios, la pandemia del COVID-19 ha redundado en una mayor participación de los interesados en la gestión de los recursos hídricos mediante consultas en línea. 

Promover la cooperación en materia de aguas transfronterizas es vital para prevenir conflictos y apoyar una mayor integración regional y la paz y el desarrollo sostenible. Sin embargo, según datos de 2017 a 2020, solamente 24 de los 153 países y territorios que comparten ríos, lagos y acuíferos transfronterizos tienen el 100 % de la superficie de sus cuencas transfronterizas sujeto a acuerdos operacionales, y solo otros 22 países y territorios tienen más del 70 % de la superficie sujeto a ese tipo de acuerdos. 

Los ecosistemas de agua dulce y la multitud de recursos que proporcionan están cambiando drásticamente. Una quinta parte de las cuencas fluviales del mundo experimenta rápidos aumentos o disminuciones de sus aguas superficiales. Esta situación sin precedentes se ve agravada por la contaminación de los grandes lagos y la pérdida y degradación persistentes de los humedales y la biodiversidad de los cuerpos de agua dulce. Entre 1970 y 2015, la superficie total de los humedales continentales y marinos o costeros disminuyó aproximadamente un 35 %, tres veces más que la tasa de pérdida de bosques. Los esfuerzos por proteger y restaurar los ecosistemas relacionados con el agua deben ampliarse y acelerarse con urgencia.  82. De 2015 a 2019, los desembolsos de AOD para el sector de los recursos hídricos se mantuvieron estables en torno a los 8.800 millones de dólares, mientras que los fondos de AOD comprometidos para el sector aumentaron un 9 %. En el mismo período, los préstamos en condiciones favorables para países menos desarrollados aumentaron en un 52 % hasta alcanzar los 2.000 millones de dólares, mientras que las donaciones destinadas a esos países en el marco de la AOD apenas aumentaron en un 8 %. 

En 2018 y 2019, dos tercios de los 109 países y territorios informantes habían establecido procedimientos, mediante leyes o políticas, para dar participación a las comunidades locales en la gestión del agua y el saneamiento. Sin embargo, solamente 14 países y territorios informaron de que tenían altos niveles de participación de las comunidades y los usuarios en la gestión colaborativa y la toma de decisiones.