Objetivo 15: Proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de biodiversidad

Progreso hacia el Objetivo de Desarrollo Sostenible 15

 

La deforestación y la degradación de los bosques, la pérdida continua de biodiversidad y la degradación de los ecosistemas en curso están teniendo repercusiones profundas en el bienestar y la supervivencia de los seres humanos. En el mundo, no se cumplieron las metas de detener la pérdida de biodiversidad fijadas para 2020. La pandemia de COVID-19 ha demostrado que, al poner en peligro la biodiversidad, la humanidad pone en peligro su propia supervivencia. Se están haciendo grandes esfuerzos para ampliar la gestión forestal sostenible, aumentar la cobertura de las zonas clave para la biodiversidad y suscribir legislación y tratados de protección de la biodiversidad y los ecosistemas, pero cabe hacer mucho más para situar la salud del planeta en el centro de todos los planes y políticas. 

Aunque el ritmo de deforestación en las regiones tropicales disminuyó en el decenio pasado, es necesario estar atentos y realizar esfuerzos destinados específicamente a mantener esta tendencia. La proporción de la superficie forestal disminuyó del 31,9 % de la superficie terrestre total en el año 2000 al 31,2 % en 2020, lo que representa una pérdida neta de casi 100 millones de hectáreas de bosque en el mundo. Entre 2000 y 2020, la superficie forestal aumentó en Asia, Europa y América del Norte, pero disminuyó considerablemente en América Latina y África Subsahariana. Pese a las pérdidas de cubierta forestal, la biomasa forestal aérea por hectárea, la proporción de superficie forestal en zonas protegidas y con planes de gestión a largo plazo, y la superficie forestal certificada aumentaron o se mantuvieron estables a nivel mundial y en la mayoría de las regiones del mundo, lo que demuestra que se ha avanzado en la gestión forestal sostenible a nivel mundial. 

En 2020, como promedio, el 43 % de cada zona clave para la biodiversidad terrestre, el 42 % de cada zona clave para la biodiversidad de agua dulce y el 41 % de cada zona clave para la biodiversidad de montaña se encontraban dentro de zonas protegidas, lo que suponía un aumento de entre 13 y 14 puntos porcentuales desde 2000. 

Al mes de febrero de 2021, 127 países y territorios se habían comprometido a fijarse metas voluntarias para neutralizar la degradación de las tierras y 68 países y territorios ya habían aprobado oficialmente sus metas. En general, se estima que los compromisos de restauración de tierras ascienden a 1.000 millones de hectáreas, 450 millones de las cuales están comprendidas en compromisos hechos en relación con las metas de neutralización de la degradación de las tierras. 

Datos basados en imágenes de satélite revelan que entre 2000 y 2018 la cobertura verde (bosques, praderas, tierras de cultivo y humedales) de las montañas del mundo se mantuvo estable en torno al 73 %. La cobertura verde tiende a ser mayor en las zonas de montaña que están a menos de 2.500 metros sobre el nivel del mar. Sin embargo, la cobertura verde de las montañas varía considerablemente entre las distintas regiones geográficas, desde el 100 % en Oceanía hasta el 68 % en el Norte de África y Asia Occidental. 

A nivel mundial, el riesgo de extinción de las especies ha aumentado alrededor de un 10 % en los últimos tres decenios. El índice de la Lista Roja, que oscila entre un valor de 1 para indicar que no hay riesgo de extinción y un valor de 0 para indicar la extinción de todas las especies, disminuyó de 0,81 en 1993 a 0,73 en 2021. 162. Al 1 de febrero de 2021, 128 países y territorios y la Unión Europea habían ratificado el Protocolo de Nagoya sobre Acceso a los Recursos Genéticos y Participación Justa y Equitativa en los Beneficios que se Deriven de su Utilización al Convenio sobre la Diversidad Biológica, lo que suponía un aumento de 60 países y territorios desde 2016, y 67 países, territorios y la Unión Europea habían facilitado información sobre sus marcos relativos al Protocolo de Nagoya. El Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura cuenta ya con 148 partes, y hasta la fecha 57 países y territorios han facilitado información sobre las medidas que han adoptado para aplicar el Protocolo de Nagoya. 163. La pandemia y los enormes daños que ha acarreado para el bienestar humano y económico ilustran palpablemente el impacto mundial que pueden tener las zoonosis, de las que el comercio de especies de fauna salvaje, tanto legal como ilegal, es un vector potencial. Si bien algunos mercados de productos ilegales de fauna y flora silvestres están disminuyendo, como el de marfil, que se ha reducido en 3.5 veces desde 2013, otras especies están cada vez más amenazadas, ya que los delincuentes se centran en productos más lucrativos, como las escamas de pangolín. En 2018, por ejemplo, se multiplicó por diez el equivalente de pangolines enteros incautado desde 2014. 

 

 

goal0.png goal1.png
goal2.png goal3.png
goal4.png goal5.png
goal6.png goal7.png
goal8.png goal9.png
goal10.png goal11.png
goal12.png goal13.png
goal14.png goal15.png
goal16.png goal17.png